Por Mabel Bellucci
Virginia Bolten
Nacida en el Uruguay, Virginia Bolten viene a la Argentina y se instala en Rosario, a fines del siglo XIX. En medio del clima de lucha que envolvía a la ciudad, Bolten encabeza una ancha columna de hombres y mujeres en la manifestación popular del 1° de mayo de 1890 en la plaza López. Su encendido discurso hace que sea encarcelada por atentar contra el orden social. Los rumores de la historia dicen que fue la primera mujer que habló en un mitin obrero.
Luego se trasladaría a Buenos Aires. Por sus continuos discursos que infunden el anarquismo, sufre la continua persecución militar. Forma parte del Comité de Huelga Femenino, que movilizaba a los trabajadores del Mercado de Frutos porteño. En 1907, ya como miembro del Centro Femenino Anarquista, activa la huelga de inquilinos. Por esto es deportada a su país natal. Su lugar de residencia será Montevideo.
Juana Rouco Buela
Llega a la Argentina en 1900 desde España y se instala en Buenos Aires. A los quince años ingresa al movimiento del 1° de mayo de 1904. Fue su primera participación en un acto obrero. Tiempo después representa a las mujeres de la “Refinería Argentina”, de Rosario, en el Congreso de la FORA. En 1907, organiza el Centro Femenino Anarquista, y participa de la huelga de los inquilinos. Es deportada y vuelve a España. A su regreso, como no puede hacerlo en el país, se instala en Montevideo, y desde allí inicia una fuerte actividad propagandística junto a Bolten y María Collazo.
Ingresa de forma clandestina al país, y en 1910 es detenida, extraditada a Montevideo y encarcelada durante un año. En 1914 viaja clandestinamente a París, y cuando es descubierta desembarca en Brasil. Regresa nuevamente a la Argentina, e interviene en los hechos de la Semana Trágica. Recorre el país con el apoyo de los rurales y los industriales. En 1921, funda en Necochea el Centro de Estudios Sociales Femeninos, y crea el periódico feminista Nuestra Tribuna. En 1928, participa en el Tercer Congreso Internacional Femenino. Muere a los 80 años, en 1969.
Rosa Dubovsky
Nacida en Rusia y perseguida por el régimen zarista, huye junto a su marido Adolfo hacia Turquía. Adolfo se alista en el Ejército mientras hace el Servicio Militar, y allí entrega un arsenal de armas a los revolucionarios. Antes se casan en secreto: Rosa parte a Francia, y su esposo, a Buenos Aires. En 1907, se reencontraron en Rosario, cuando él trabajaba en los Ferrocarriles y ella trabajaba como sombrerera.
En la ciudad de Santa Fe, Adolfo milita en el campo anarco-sindicalista, y Rosa concurre a las reuniones de mujeres anarquistas. Funda una biblioteca, exclusivamente para mujeres, llamada Emma Goldman. Después del golpe del ‘30, el matrimonio y sus seis hijos deben escapar a Buenos Aires, a pesar de la poca seguridad. En 1936, muere Adolfo. Dubovsky comienza a trabajar como empleada de la esterilla y tapicería. Participa en la FORA y en la Federación Libertaria Argentina, hasta 1972, el año de su muerte.
Agencia Paco Urondo
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