No es necesario que pensemos en situaciones o hechos alejados, simplemente debemos reflexionar sobre nuestra infancia, los cuentos que nos leían como Blancanieves o Cenicienta, o sin ir más lejos en películas como "Pretty Woman", Nothing Hill " o tantas otras.
Todas estas historias nos hablan de un tipo especial de relación afectiva: el amor romántico. Este tipo de amor supone la existencia de dos personas incompletas o infelices que encuentran el sentido de su existencia en "el otro". Habitualmente, se habla del destino como esa fuerza que nos conduce hacia nuestra mitad y que es totalmente independiente de la voluntad individual. El destino sería la causa que dos personas se encuentren y "enamoren". Esta es la explicación a la que se suele recurrir para explicar el encuentro amoroso.Para muchas personas, la vida comienza cuando se produce este encuentro tan "especial". Esta idea que empezamos a vivir a partir del momento en que se produce este encuentro y el acondicionamiento de todas nuestras metas a este objetivo forma parte de lo que se conoce con el nombre de "complejo de Bella Durmiente", ya que aquellas personas que tienen interiorizadas estas ideas no tienen un proyecto de vida individual, sino que condicionan toda su existencia al encuentro con ese otro que les aportará ilusión, confianza y entusiasmo. El sentimiento de identidad personal estaría, pues, ligado al hecho de encontrar esta relación idílica y mantenerla.
En ese instante nos encontramos con otro concepto: el de "media naranja". ¿Qué significa verdaderamente este término? Lo que hace entender es que tanto mujeres como hombres somos personas totalmente incompletas y necesitamos del otro para llegar a la satisfacción y realización máximas. Pero además, también lleva a pensar que "los dos juntos constituimos una unidad" y, por tanto, hay coincidir en deseos, formas de satisfacerlos, criterios, valores, pensamientos, sentimientos, preferencias, gustos ... En otras palabras: se piensa que amar a otra persona es coincidir con ella en una gran variedad de aspectos. La socialización femenina ha insistido en cómo de incompleta es una mujer sin un hombre, pero en la actualidad también muchos hombres participan de este mismo sentimiento de falta de identidad individual.
Por lo tanto, y partiendo de este punto de vista, ¿qué pasa cuando, con el tiempo, los dos miembros de la pareja empiezan a mostrarse tal como son? Aparecen los primeros conflictos que estas parejas interpretan como desamor o muestras de egoísmo, entrando en un modelo de confrontación que supone que, si uno tiene razón, el otro se equivoca. En este estado de cosas, cada miembro de la pareja intentará que el otro haga / deje de hacer lo que él / ella quiera.
Aparecen las luchas de poder en el seno de la pareja que generan mucho resentimiento, decepción, angustia y frustración. Este estilo de pareja recibe el nombre de "fusional", ya que es la versión adulta de la fusión infantil con una primera figura de referencia, generalmente la madre. En estas parejas, sólo existe el "nosotros", mientras el "yo" individual queda diluido. Los gustos, deseos y preferencias individuales sólo pueden llevarse a la práctica si son compartidas por el otro, de manera que nos encontramos con hombres y mujeres que abandonan sus hobbies para agradar a su pareja, dejan de ver determinadas amistades o incluso pierden el contacto con sus familias de origen.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la fusión es un deseo genuino de toda persona, ya que nuestra primera infancia estuvo fuertemente ligada a otro ser humano. Esta es la razón que explica la fuerte pulsión que tenemos hacia la fusión. De adultos, el momento fusional por excelencia es el coito. Y, en cualquier caso, existen diversos grados de fusión en diferentes momentos de una relación, y eso es perfectamente natural. La fusión como parte de un proceso de una relación pero no como base sobre la que fundamentar un vínculo afectivo no es, en sí misma, negativa. Por tanto, la conclusión sería fusión sí, pero en momentos específicos.Poder funcionar en ocasiones como pareja y, en otros, a título individual.
Por lo tanto, tenemos que luchar contra todos aquellos estereotipos que nos han ido inculcando desde pequeños con todas estas ideas e ilusiones para entender que es innegable que a toda persona le gusta amar y sentirse amada, pero que este deseo no debe ser el fundamento de su vida como tal, sino una pieza más de nuestro particular puzzle, que se constituye con la seguridad y el amor hacia una misma, e ir cambiando para ser cada vez mujeres más libres! !
Aún nos queda mucho por hacer!
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