Era una heroína
mundial casi idolatrada: una mujer aviadora capaz de igualar los records de
los pilotos masculinos en los tiempos en que las largas distancias en solitario
eran hazañas cercanas a lo imposible. Pero Amelia
Earhart (1897-1937) iba más allá de esa condición y, con
desenvoltura, garbo e inteligencia, promovió un debate profundo sobre los
derechos de la mujer y la igualdad entre géneros en la década de los años
treinta del siglo XX.
(Una
vida: Amelia Earhart), que exhibe la National Portrait Gallery del
Smithsonian, en Washington (EE UU), pretende situar como fondo los
hitos de la carismática pionera de la aviación y traer a primer plano su compromiso
social con lo que todavía no se llamaba feminismo. La muestra estará en
cartel hasta mayo de 2013.
Organización de mujeres aviadoras
Pionera de
la aviación (consiguió records de altitud y en 1932 fue la primera mujer en
cruzar el Atlántico en solitario), la fama de Earhart se extendió mucho
más allá de sus hazañas en el aire: fundó en 1929 una organización de mujeres
aviadoras, The Ninety-Nines, que todavía está en
activo; era profesora de Aviación en la Universidad de Purdue en una época en
que había muy pocas mujeres en la docencia superior; fue columnista de la
revista Cosmopolitan y promotora de campañas en favor de los
derechos femeninos.
La
exposición concede especial importancia al aspecto militante de la aviadora,
una intrépida mujer también desde un punto de vista social. "El impacto de
Amelia Earhart en la cultura estadounidense se extiende más allá de sus hazañas
en la aviación de récord. También fue una defensora de las mujeres y una inteligente
y activa emprendedora de las primeras líneas aéreas comerciales. Ahora
damos por sentado la conveniencia de los viajes aéreos y la igualdad de
derechos, pero en los años veinte y treinta las posiciones de Earhart
reflejaban las de una visionaria audaz", opina Martin Sullivan, director
de la National Portrait Gallery.
Sales de baño para no quedarse dormida
One Life: Amelia Earhart presenta,
además de una colección de objetos personales de la aviadora (uno de sus
cascos de cuero, la licencia de piloto y un bote de las sales de baño que
utilizó para no quedarse dormida durante la travesía atlántica de casi quince
horas), exhibe muchas fotografías, dibujos y pinturas que reflejan la
influencia de Earthart en la sociedad de su tiempo.
Era tan
querida y admirada en los EE UU que la reclamaban para pronunciar conferencias
desde todos los rincones del país. Ella no se negaba nunca y en todas las
intervenciones defendía la igualdad de la mujer y el hombre. Aunque la fama la
agobiaba y la alejaba de su gran pasión, volar, abrazó el estátus de celebridad
porque entendía que era una "abanderada de la lucha de las mujeres",
destacan los organizadores.
Contrato matrimonial
La muestra
incluye también ejemplares de los tres libros que escribió Earhart, anuncios
publicitarios en los que apareció (de los cigarrillos Lucky Strike y de ropa
deportiva, por ejemplo) y detalles de su contrato matrimonial con el publicista
y editor George P. Putnam, que se encargaba de
recaudar fondos para los proyectos de aviación de su esposa y organizaba su
agenda de actividades.
A pesar de
las muchas teorías sobre la desaparición de la aviadora en julio de 1937 sobre
el Pacífico, mientras intentaba dar la vuelta al mundo circunvalando la Tierra
sobre el ecuador, y de que su cadáver nunca fue encontrado, Earhart fue
declarada oficialmente muerta en 1939.
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