Que las víctimas del fascismo no caigan en el olvido, y que sus verdugos no duerman nunca tranquilos.
Por Lucrecia, por Roger, por Guillem, por Aitor, por Carlos... y por tantas y tantos luchadoras/es víctimas del terrorismo fascista. No permitamos que los que enarbolan la bandera de la ignorancia nos vuelvan a arrebatar a un/a compañer@.
Nunca moriréis porque siempre estaréis en nuestro recuerdo.
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